Como dijo Albert Einstein: “No todo lo que cuenta puede ser contado, y no todo lo que puede ser contado cuenta”.

En la bodega de alimentos en Jerusalem de Yad Ezra V’Shulamit, nuestra cuenta, ¡cuenta! Nuestros dedicados y energéticos voluntarios saben que sin sus horas de trabajo no podríamos alimentar a los cientos de familias que reciben nuestras canastas de comida cada semana. Desde el momento en que llegan a nuestra bodega, estos voluntarios pueden entender la magnitud de su contribución. Desde quienes ensamblan las cajas hasta quienes ponen los paquetes de comida y quienes empacan, nuestra línea de producción está compuesta por gente que entiende que dar viene del corazón y que no se hace sólo con las manos. Distribuimos 3.000 canastos de comida a la semana ¡Cuenta eso! Y es por eso que somos tan exitosos.

Destinar un tiempo para trabajar de voluntario para ayudar a los menos afortunados es una excelente experiencia ya sea para las vacaciones de verano, un programa educacional o viaje de Bar/Bat Mitzva a Israel. El valor de trabajar de voluntario como parte de la experiencia de un viaje a Israel, entregándoles a israelíes que tienen vidas menos afortunadas, es un acto de nobleza. ¿Cuánta gente se preocupa sólo de sus propias necesitadas durante sus vacaciones u ocasiones especiales? ¿Cuánta gente piensa más allá de su propia entretención, placer o planificación y se hace el tiempo para dar a los menos afortunados? Afortunadamente en nuestra bodega de alimentos los voluntarios no sólo viven una enriquecedora experiencia, sino que además disfrutan de proceso. Nuestra bodega mantiene una actitud sencilla. Nuestros gastos están enfocados en ayudar a los necesitados y nuestros voluntarios entienden que esta experiencia es auténtica y que tiene un solo propósito: Ayudar a quienes más lo necesitan.

Considera a los menos afortunados en tu próximo viaje a Israel. Haznos saber cuando puedas contribuir y quieras formar parte de nuestros increíbles proyectos.