Yad Ezra V'Shulamit Children's Center

Uno de los programas más exitosos y conocidos de Yad Ezra V’Shulamit son sus Centros infatiles. Este programa ayuda a cientos de niños cada mes. Ya sea con comidas, clases particulares, actividades extra-curriculares o terapias, estamos acá para proveer cuidado de tiempo completo a estos niños.

El Centro infantil es muy querido por todos, incluyendo al equipo de administración en Yad Ezra V’Shulamit, los niños, sus familias y los donantes. Se ha convertido en una señal de esperanza para las familias necesitadas en Israel en el afán de romper con el ciclo de la pobreza de una vez por todas. Y romper el ciclo de la pobreza comienza con los niños mismos – la generación futura.

Sin embargo, ¿qué ocurre cuando los niños no son los únicos necesitados? ¿Qué ocurre cuando se agotan los recursos? ¿Cómo pueden hacerle frente a su realidad los padres que sienten que ya no pueden hacerse cargo de sus propios hijos? ¿Cómo pueden manejar las exigencias de la vida cotidiana familiar cuando ellos mismos están siendo privados de sus necesidades básicas?

Obviamente hay varias organizaciones gubernamentales y privadas que ayudan a adultos necesitados en Israel. El problema es que este modelo no es sostenible. Más del 30% de los israelíes viven bajo la línea de la pobreza, lo que hace que los programas existentes no sean suficientes. Simplemente no hay suficientes recursos para ayudar a todos, ni por parte del gobierno ni de cualquier organización de caridad.

Nosotros en Yad Ezra V’Shulamit, al igual que las otras organizaciones, tenemos una capacidad tope. Es una verdad desafortunada. Por cada niño que cuidamos, hay un adulto que también necesita ayuda. El mayor problema está en que la lista de espera para los adultos es más larga que la de los niños.

¡Nuestros centros infantiles hacen maravillas!

Hace unas semanas, una mujer desesperada por ayuda acudió a nosotros. Se había divorciado recientemente y había quedado sin nada. Sin casa, sin comida, sin trabajo y sin dinero. La mujer y su hija tenían la ropa que llevaban puesta y nada más.

Desafortunadamente, no teníamos más cupos disponibles en nuestros programas de ayuda a adultos. Inicialmente, íbamos a ponerla en lista de espera. Pero como la situación era tan grave, supimos que debíamos ayudarla inmediatamente. Con un poco de creatividad y ayuda de nuestro equipo, comenzamos a darle almuerzo a la madre junto a su hija en el Centro infantil. Después de unos meses, la hija comenzó a recibir ayuda después de la escuela, mientras ayudábamos activamente a la madre a buscar trabajo mediante nuestra Mesa de Trabajo. Confiamos en que en el futuro cercano, todo se va a arreglar.